Sibilas

La Sibila era en la Antigüedad mujer sabia transmisora de de las revelaciones divinas. Las religiones monoteístas heredaron esta figura legendaria y de su reelaboración surgió la adivina pagana que tenía la misión de transmitir la palabra de Dios. Así perduró hasta la alta Edad Media, momento en el que múltiples sibilas estaban incorporadas al acervo popular cristiano como mujeres que profetizaban la llegada del Salvador. Eran el contrapunto femenino y pagano a los profetas que anunciban también el advenimiento del juicio final. Con el tiempo la(s) sibila(s) se había(n) ido incluyendo en las ceremonias cristianas y aparecían representadas en las artes plásticas, además de en manifestaciones literarias y musicales.

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Las Prophetiae Sibyllarum es un ciclo de doce extraordinarios motetes que el compositor franco-flamenco Orlando di Lasso compuso en un lenguaje armónico extremadamente cromático. Para hacerlo, utilizó unos antiguos y enigmáticos poemas proféticos escritos en latín y atribuidos a cada una de las doce sibilas más renombradas de la época. Con el especial estilo que utilizó para su composición, repleto de cromatismos y modulaciones, Lasso consiguió dar a unos textos de por sí enigmáticos un carácter arcano y esotérico.

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Las sibilas estuvieron presentes especialmente en la fiesta de la Navidad, asimilada probablemente de las antiguas festividades paganas del solsticio de invierno. Es por eso que la interpretación íntegra de las doce profecías sibilinas se ve complementada en este concierto por cuatro motetes propios de la liturgia del día de Navidad, los cuatro con textos que mantienen el mismo carácter profético de y anuncian la llegada del Salvador y del Juicio Final.