Si no os hubiera mirado
El presente programa se centra en la canción polifónica renacentista de temática amorosa. En la selección de piezas que lo componen podremos apreciar los diversos afectos con que los compositores del siglo XVI ponían música a las pasiones del alma, ya fuera de un modo más noble y contenido, o de una manera más extrovertida y jocosa. Como si de contraponer amor sacro y amor profano se tratase, confrontamos aquí géneros de diversa caracterización, como la chanson, el madrigal o la pequeña canción de aire popularizante, si bien en todos ellos observamos un lenguaje compositivo unificador, como era normal en la música del Renacimiento europeo.
Hemos de añadir que, dada la importancia de la relación entre música y texto en este repertorio, hemos optado por efectuar una lectura dramatizada del poema en que se basa cada obra, antes de su interpretación.
El carácter más íntimo y contemplativo lo encontramos tal vez en piezas como Mille regretz (la célebre chanson de Josquin que según los historiadores fue favorita del emperador Carlos V) o La nuit froide et sombre (hermoso paisaje sonoro de Lasso), aunque del mismo modo nos sorprenden por su expresividad y emoción contenida páginas como Si no os hubiera mirado –obra de Juan Vásquez que da título a este programa– o Weep, o mine eyes del inglés John Bennet.
Precisamente, en este madrigal Bennet rinde homenaje a John Dowland, reutilizando material melódico de la conocida pavana de Lachrimae, de este último autor. Del mismo, incluimos en este programa su alegre canción Come again, que nos presenta un modo más exultante y menos doloroso de cantar al amor, al igual que hacen Morley en April is in my mistress face o Sermisy en Tant que vivray. No obstante, las piezas de aire más burlón y desenfadado, en línea con el sentido más satírico de sus textos, son sin duda la chanson estrófica La, la, la, je ne l’ose dire de Certon y la divertida Fair Phyllis de Farmer.
Completan este panorama páginas de aire más sereno y de características más propias del madrigal clásico de la primera mitad del siglo XVI. Así, junto con los ejemplos de Marenzio y Arcadelt (plenamente representativos de un género que prestaba mayor atención a la calidad del texto), recordaremos la noble armonía de la poesía de Garcilaso con En tanto que de rosa y azucena, una de las más bellas páginas de la colección de Canciones y villanescas espirituales de Francisco Guerrero.
Finalmente, hemos querido tender un puente temporal hacia el llamado “renacimiento” de la música inglesa de principios del siglo XX. Como si de un eco en otra época se tratase, saltaremos a las Three elizabethan songs de Ralph Vaughan Williams, cuya segunda canción - The willow song (La canción del sauce) - inspiró el nombre de nuestra agrupación vocal. Las tres canciones, inspiradas en textos de Shakespeare, unen (tanto por los referentes musicales como por los literarios) dos épocas doradas de la cultura y la música en Europa.
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I / Italia
Il bianco e dolce cigno (J. Arcadelt)
Dissi a l’amata (L. Marenzio)
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II / Francia
Tant que vivray (C. Sermisy)
Je ne l’ose dire (P. Certon)
La nuict froide et sombre (R. de Lassus)
Mille regretz (J. des Prez)
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III / España
Si no os hubiera mirado (J. Vásquez)
En tanto que de rosa y azucena (F. Guerrero)
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IV / Inglaterra
Weep, o mine eyes (J. Bennet)
April is in my mistress face (T. Morley)
Come again (J. Dowland)
Fair Phyllis (J. Farmer)
Three elisabethan songs (Vaughan Williams)
Sweet day
The willow song
O mistress mine