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La espada y la pluma

En las décadas centrales del siglo XVI la lírica tradicional castellana experimentó una auténtica revolución con la llegada de las estrofas italianizantes: la poesía, que hasta ese momento se había escrito en versos de arte menor, villancicos y romances, adoptó los versos endecasílabos y fue conquistada por las octavas reales y los sonetos.

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Esta nueva métrica, con sus nuevas estrofas, fue adoptada por la mayor parte de los poetas cultos españoles, pero dos figuras destacan como precursores de esta generación de caballeros, poetas y soldados, que asimilaron y naturalizaron el novedoso estilo: son Juan Boscán y Garcilaso de la Vega. Los dos poetas, soldados y amigos hasta el final de sus días, consiguieron introducir en la poesía castellana las formas de la italiana con la publicación póstuma de toda su producción poética (‘Las obras de Boscán y algunas de Garcilasso de la Vega repartidas en quatro libros’, 1543). Alrededor de ambos Salix Cantor ha querido construir un programa de concierto que reivindique, por un lado, su poesía, y por otro, el género del madrigal en la música española.

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Y es que, igual que llegaron a la lírica, estos aires de cambio italianizantes alcanzaron también a la creación musical de la península ibérica y, de igual forma que las estrofas y los versos castellanos crecieron en artificio y complejidad, los compositores del momento supieron encontrar nuevas maneras de poner en música las innovadoras estructuras poéticas. Los villancicos, las villanescas y las composiciones cancioneriles, de formas más simples y repetitivas, se transformaron en expresivas canciones y madrigales estructurados al servicio de la retórica y de la descripción de los textos poéticos.

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A pesar de que las fuentes impresas son escasas y de que tradicionalmente se venía afirmando que el madrigal fue un género poco cultivado en el Renacimiento español, la presencia de esta polifonía profana en publicaciones instrumentales y en ciertos cancioneros manuscritos, nos invita a suponer que sí era común la interpretación y la difusión de este repertorio, aunque quizá la transmisión se realizara todavía fundamentalmente de forma oral y en el seno de círculos intelectuales muy restringidos. Para algunas de las piezas de nuestro concierto hemos debido recurrir, de hecho, a la reconstrucción de la polifonía desde fuentes instrumentales como la ‘Orphenica Lyra’ de Miguel de Fuenllana o ‘El Parnaso’ de Esteban Daza. La interpretación a cuatro voces de estas piezas, inédita en tiempos modernos, será, por lo tanto, uno de los atractivos de este programa, que cuenta por supuesto con algunas de las más bellas estrofas de los dos poetas protagonistas y con composiciones de figuras fundamentales en la historia de la música española: Juan Vásquez, los hermanos Francisco y Pedro Guerrero, Rodrigo de Ceballos o Cristóbal de Morales.

Espada y pluma.jpg

La poesía de Boscán

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Pedro Guerrero

Mi corazón fatigado, a 4​

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Juan Vásquez

El que vivir sin ti ya no querría, a 5

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Juan Vásquez

Gentil señora mía, a 5

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Francisco Guerrero

Claros y frescos ríos, a 3

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Cristóbal de Morales 

Si no os hubiera mirado, a 3

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Pedro Guerrero

Amor es voluntad, a 4​​

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La poesía de Garcilaso

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Rodrigo de Ceballos

Cuán bienaventurado, a 4

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Pedro Guerrero

Pasando el mar, Leandro, a 4

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Fray Juan Díaz

Quién me dijera, Elisa, vida mía, a 4​​

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Anónimo

Escrito está en mi alma, a 4

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Pedro Guerrero

Oh, más dura que mármol, a 4

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Juan Vásquez

Gracias al cielo doy, a 5

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Francisco Guerrero

En tanto que de rosa y azucena, a 5​

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